miércoles, 5 de junio de 2013

Un pasado de historias.

No, no es algo entre tú y yo, ni entre mi otro yo y tu otra igual. Ni de tu espejo y mis ojos. Ni un nuevo asunto entre tu boca llena de flores y la mía que de mucho salen unas pocas palabras enorgullecedoras. Ni es un tratado entre corazón y monstruo catártico. Ni de tu hogar y mis brazos.

Era algo más allá de dónde vueles y de dónde estoy sentada. Más que el pedazo de mundo que habitas y estremeces y la minúscula porción de tierra que tengo debajo, que nadie ve, y por tanto, dan certeza de que existo.

Es un convenio entre lo que vamos dejando de lado, de frente o detrás según su estado, esa oscuridad que aparece de la nada y se va igual sin dejar rastros de que alguna vez estuvo, tu parte y la mía, esa parte de sí misma que te regalé esa noche.

Es un convenio entre la mía y la tuya.
Tu oscuridad y la mía.
Mi parte de la noche y la tuya.
Tu igualdad y la mía.

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