Y aquí sigo yo, enamorada de mi soledad, deseando todas las noches sus abrazos envolventes y sus besos fríos como hielo.
Enamorada de su compañía, feliz de que me escucha y hace aflorar mis deseos de morir para irme con él y contemplar su hermoso rostro. Amando las horas que me hace llorar en el baño frente al espejo e ilusionándome al creer que seré feliz de nuevo.
Como amo sus frío aliento rozando mi cuello y sus abrazos tan fuertes que nunca me van a querer soltar. Y aquí sigo yo enamorado de mi depresión, esperando las rosas que nunca me dará.
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